¿CUÁNDO DECIRLES A LOS NIÑOS QUE SANTA CLAUS NO EXISTE? EXPERTOS OFRECEN CONSEJOS

Con la llegada de la temporada navideña, una de las dudas más comunes entre los padres es cómo y cuándo abordar la verdad sobre Santa Claus con sus hijos. La respuesta no es universal y depende de factores como la edad del niño, sus preguntas y las tradiciones familiares, según explica la Dra. Eileen Kennedy-Moore, psicóloga clínica y presentadora del pódcast “Kids Ask Dr. Friendtastic”.

EL DESCUBRIMIENTO SUELE OCURRIR ALREDEDOR DE LOS 8 AÑOS

De acuerdo con Kennedy-Moore, la mayoría de los niños descubre la verdad sobre Santa Claus cerca de los 8 años. Este hallazgo no suele causarles un gran impacto emocional, sino más bien orgullo por sentirse parte del «grupo que sabe la verdad». Muchas veces, las dudas surgen antes, debido a inconsistencias como el uso del mismo papel de regalo por parte de “Santa” y los padres.

La psicóloga enfatiza que el espíritu de la Navidad no se pierde con este descubrimiento. “Santa no es real, pero la generosidad y el espíritu navideño sí lo son”, señala, destacando que este momento puede ser una oportunidad para reforzar valores como la empatía y la bondad.

Kennedy-Moore recomienda que, cuando los niños pregunten directamente si Santa existe, los padres respondan con una pregunta abierta: “¿Qué piensas tú?”. Esto les permite reflexionar y llegar a sus propias conclusiones de manera natural.

Para los niños menores de 8 años, mantener la ilusión no representa ningún problema. Sin embargo, si los mayores aún creen fervientemente, puede ser un buen momento para abordar la realidad de forma sensible, evitando posibles decepciones futuras.

CONTEXTOS CULTURALES Y RESPETO A LAS DIFERENCIAS

No todas las familias celebran la tradición de Santa Claus, y esto puede generar desafíos en entornos escolares o sociales. Kennedy-Moore sugiere enseñar a los niños a respetar las creencias y tradiciones de otros, destacando que, aunque Santa no sea real para algunas personas, es un símbolo significativo para muchas familias.

Descubrir la verdad sobre Santa Claus también suele llevar a cuestionar otras figuras mágicas, como el Hada de los Dientes o el Conejo de Pascua. Este proceso, según Kennedy-Moore, fomenta el pensamiento crítico y es parte del desarrollo infantil normal.

“Queremos que los niños aprendan a pensar críticamente y cuestionar lo que no tiene sentido”, explica. Aunque marca el fin de ciertas fantasías, es también una oportunidad para que los niños comprendan conceptos más complejos sobre las tradiciones familiares y el mundo que los rodea.

Aunque los niños dejen de creer en Santa Claus, los valores esenciales de la Navidad, como la generosidad y la conexión familiar, pueden mantenerse vivos. Kennedy-Moore sugiere involucrar a los pequeños en nuevas tradiciones, como participar en actividades de caridad o crear rituales únicos en familia.

De esta manera, la transición de la fantasía a la realidad puede convertirse en un momento enriquecedor, donde el espíritu navideño se mantenga fuerte, incluso sin Santa Claus como protagonista.