FRANCIA SE IMPONE A DINAMARCA

Un centro de Griezmann y un gol de Mbappé, imparable como camión sin frenos cuando faltaban tres minutos para el final, convirtieron a Francia en la primera selección que se clasifica para octavos de final del Mundial de Qatar. A lo bestia, a falta de finura, el vigente campeón se hizo con la plaza y disipó incógnitas a costa de Dinamarca, que le ofreció una resistencia tenaz hasta el último minuto.

Kylian Mbappé, uno de los cinco mejores jugadores del mundo, ha sido confinado a un rincón. Con el fin de que Giroud eche raíces en el centro del área, Deschamps ha desplazado a su gran figura a la banda izquierda. Ahí lo tiene, pisando la raya con tanto ahínco que este sábado en el estadio de Ras Abu Aboud debió hacer un surco. Para correr y para centrar. Dos tareas que resumen la falta de sofisticación del sistema, el mismo que elevó a Francia a la cima en el Mundial de 2018 y que ahora, tras la salida de Benzema, recupera en Qatar.

Todo el ímpetu de Dinamarca, la generosidad y la solidaridad en las ayudas y en los apoyos que la caracterizó en los últimos años, se disolvió antes de llegar a la portería de Lloris. Dos factores principales contribuyeron a ello. La buena sintonía de Rabiot con su entorno de centrales e interiores, y la indecisión de Christensen, el líbero del trío de centrales daneses. Donde su selección exigía cortar las transiciones francesas con acciones directas rápidas y tajantes en el mediocampo, el defensa del Barça dio un paso atrás. Como en San Siro, solo que sin salir de la cancha. Permaneció sin aparecer, y en su languidez consintió que Francia se sintiera cómoda. No solo cuando no tenía la pelota, cosa ya sabida, sino cuando la manejaba en búsqueda de huecos en las bandas.

Sin Simon Kjaer, el central del Milan, fuera del Mundial por lesión, la pujante Dinamarca de la Eurocopa de 2021 pareció un equipo huérfano, menos armonioso, repentinamente desconfiado en sus posibilidades, temeroso de que todos los sacrificios que hiciera para avanzar se malograran por la falta de seguridad de sus defensas. La erosión que le causaron el oficio de Rabiot y Griezmann fue directamente proporcional a la confianza que imprimieron en Varane, que retornó de su lesión, y en Tchouaméni, mucho más entonado que contra Australia.