SELFIE EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS 2024 PODRÍA TRAER GRAVES CONSECUENCIAS PARA ATLETAS NORCOREANOS

Durante los Juegos Olímpicos de París 2024, una imagen que capturó la atención del mundo fue el selfie que se tomaron los jugadores de ping pong mixto de Corea del Norte, Corea del Sur y China en el podio. Los seis atletas, sonrientes y en un ambiente de camaradería, posaron juntos en lo que parecía ser un momento histórico de unión. La imagen se viralizó en pocas horas.

En la foto se observa al surcoreano Lim Jong-hoon, quien junto a Shin Yu-bin obtuvo el bronce en dobles mixtos, sacando su móvil para inmortalizar el instante junto a los campeones chinos Wang Chuquin y Sun Yingsha, y los subcampeones norcoreanos Ri Jong-Sik y Kim Kum-Yong. La imagen, que simbolizaba el espíritu deportivo y la superación de barreras políticas, rápidamente se convirtió en un ícono de estos Juegos Olímpicos.

Sin embargo, este momento que parecía reflejar un gesto de amistad podría tener serias repercusiones para los atletas norcoreanos. Según información del diario The Telegraph, Kim Kum-Yong y Ri Jong-Sik podrían enfrentarse a severos castigos en su país por haber posado sonrientes en la foto junto a deportistas de otras naciones, especialmente de Corea del Sur, con quien Corea del Norte mantiene un tenso conflicto desde la guerra entre ambos países en 1950-1953.

Desde su regreso a Corea del Norte, los dos medallistas han sido sometidos a un proceso de «limpieza» ideológica para eliminar cualquier posible influencia «no socialista», informa Daily NK. Este proceso, dirigido por el Ministerio de Deportes norcoreano, implica una evaluación exhaustiva de su lealtad al régimen de Kim Jong-un, donde cualquier interacción no aprobada con extranjeros puede ser duramente penalizada.

Aunque los castigos específicos aún no se han dado a conocer, se teme que las autoridades de Pyongyang interpreten el selfie como un acto de traición al régimen. Casos anteriores, como el de la selección de fútbol norcoreana en el Mundial de 2010, donde los jugadores fueron públicamente criticados y el entrenador enviado a trabajos forzados, sugieren que las consecuencias podrían ser graves.

Este icónico selfie, que representó un instante de unidad durante los Juegos Olímpicos, podría terminar siendo un amargo recuerdo para los deportistas norcoreanos, con un futuro incierto y posiblemente sombrío.