RESTRINGIR AZÚCAR EN LOS PRIMEROS MIL DÍAS DE VIDA REDUCE EL RIESGO DE DIABETES E HIPERTENSIÓN, SEGÚN ESTUDIO PUBLICADO EN SCIENCE
Un estudio reciente publicado en Science confirma que limitar el consumo de azúcar durante los primeros mil días de vida —desde la concepción hasta los dos años— reduce significativamente el riesgo de desarrollar diabetes e hipertensión en la adultez. La investigación, que se basa en el racionamiento alimentario implementado en el Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial, señala que una alimentación inadecuada en esta etapa de desarrollo temprano tiene un impacto duradero en la salud.
Pese a las recomendaciones de evitar el azúcar en los primeros años, en Estados Unidos es común que los niños se expongan a altos niveles de azúcar, comenzando incluso en el útero a través de la dieta materna. Las investigaciones muestran que muchos lactantes consumen alimentos y bebidas azucaradas diariamente, lo cual contrasta con el modelo que analizaron los investigadores durante el racionamiento del Reino Unido.
Para evaluar los efectos de una exposición temprana reducida al azúcar, un equipo de la Universidad del Sur de California, junto con investigadores de Berkeley, Chicago y McGill, analizó los efectos del racionamiento impuesto entre 1945 y 1953. Durante este periodo, la cantidad de azúcar recibida por los ciudadanos se mantuvo dentro de límites comparables a las recomendaciones dietéticas actuales. Sin embargo, al concluir el racionamiento, el consumo de azúcar prácticamente se duplicó.
Analizando datos del Biobanco del Reino Unido, los investigadores compararon la salud de las personas expuestas a los niveles reducidos de azúcar durante este racionamiento con quienes no lo estuvieron. Los resultados muestran que aquellos nacidos y criados en condiciones de racionamiento tuvieron un 35% menos de riesgo de desarrollar diabetes y un 20% menos de riesgo de hipertensión en comparación con aquellos que no experimentaron estas restricciones.
Jesús Francisco García Gavilán, investigador en el CIBERObn, señala que estos resultados apoyan las recomendaciones para reducir el consumo de azúcares simples en el embarazo y la primera infancia. Asimismo, Rafael Urrialde de Andrés, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, subraya que evitar el azúcar añadido en los primeros mil días de vida puede tener un efecto preventivo en la obesidad y enfermedades asociadas.
En términos de limitaciones, los investigadores reconocen que el estudio se basa en datos autorreportados de personas nacidas entre 1951 y 1956, cuando la disponibilidad de productos ultraprocesados difería de la actual. No obstante, los resultados amplían el conocimiento sobre el impacto del consumo temprano de azúcar en la salud a largo plazo y refuerzan las guías dietéticas para la infancia y la gestación.