LA PAPA UN SUPERALIMENTO NATURAL QUE OFRECE SALUD Y VERSATILIDAD

La papa destaca como una fuente esencial de nutrientes, ofreciendo un amplio perfil vitamínico y mineral que beneficia al organismo. Según investigaciones del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) de Ecuador, una papa mediana aporta aproximadamente el 26 % del requerimiento diario de cobre, entre el 17 y 18 % de potasio, fósforo e hierro, y hasta un 50 % de la vitamina C recomendada diariamente. Además, contiene cantidades significativas de zinc, magnesio y manganeso, esenciales para una dieta equilibrada.

Este tubérculo es bajo en grasas y prácticamente libre de colesterol, lo que lo convierte en una alternativa saludable frente a otros carbohidratos más calóricos como el arroz o los fideos. Su combinación de nutrientes lo posiciona como un aliado clave en la lucha contra la malnutrición.

El mayor aporte de la papa proviene de sus carbohidratos complejos, en especial el almidón. Al enfriarse tras la cocción, este se transforma en almidón resistente, mejorando la salud intestinal al actuar como fibra y fortaleciendo la microbiota. Aunque su contenido proteico es bajo, estas proteínas tienen un alto valor biológico, comparables en calidad a las del huevo, lo que refuerza su valor nutritivo.

Para maximizar sus beneficios, se recomienda consumir la papa al vapor, hervida o al horno, evitando preparaciones fritas que incrementan significativamente su contenido calórico. Una porción adecuada, de 200 a 300 gramos, puede incorporarse entre tres y cuatro veces por semana en una dieta variada.

Aunque la papa es un alimento versátil, no todos pueden consumirla sin restricciones. Personas con diabetes deben controlar sus porciones debido al impacto en los niveles de glucosa. Asimismo, quienes padecen síndrome de intestino irritable pueden experimentar molestias digestivas por su fibra. En el caso de los hipertensos, es importante evitar papas procesadas con alto contenido de sodio. Además, el consumo excesivo de este tubérculo podría favorecer la formación de cálculos renales en individuos propensos debido al ácido oxálico presente.

Este alimento milenario sigue siendo un pilar de la alimentación mundial, ofreciendo salud y energía en cada bocado cuando se consume de manera adecuada.