CIENTÍFICOS CREAN EMBRIONES HUMANOS SINTÉTICOS MEDIANTE CÉLULAS MADRE.
Un equipo de científicos ha logrado un avance revolucionario en la investigación médica al crear embriones humanos sintéticos utilizando células madre, sin la necesidad de utilizar óvulos o esperma. Este hito científico podría tener importantes implicaciones en la comprensión y tratamiento de desórdenes genéticos.
Según informa el diario británico The Guardian, este avance supone un paso innovador en la ciencia y la investigación. Sin embargo, también plantea dilemas éticos y problemas legales.
Expertos del Reino Unido y Estados Unidos explican que estos embriones modelo, que se asemejan a los encontrados en las primeras etapas del desarrollo humano, podrían proporcionar información crucial sobre las causas biológicas de los abortos recurrentes.
Estas estructuras, aunque carecen de un corazón latente y del inicio de un cerebro, incluyen células que normalmente darían lugar a la placenta, el saco vitelino y el propio embrión.
La profesora Magdalena Zernicka-Goetz, del Instituto de Tecnología de California (Estados Unidos), destacó en un congreso anual en Boston de la Sociedad Internacional para la Investigación de Células Madre que «podemos crear modelos similares a los embriones humanos reprogramando las células».
No se espera que estos embriones sintéticos sean utilizados clínicamente en un futuro cercano, y sería ilegal implantarlos en el útero de una paciente.
También se desconoce si estas estructuras tienen el potencial de continuar su desarrollo más allá de las primeras etapas.
Durante el mismo congreso, Robin Lovell-Badge, responsable de biología de células madre y genética del desarrollo en el Instituto Francis Crick de Londres, señaló que «la idea es utilizar células madre para modelar el desarrollo embrionario humano normal y obtener una gran cantidad de información sobre cómo comienza el desarrollo y qué puede salir mal, sin tener que recurrir a embriones en sus etapas tempranas para la investigación».
Este avance científico plantea nuevas posibilidades en la investigación de enfermedades genéticas y abre un debate ético sobre los límites y regulaciones en el uso de embriones sintéticos para la investigación médica.