ALZAMOS NUESTRA VOZ EN DEFENSA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y EN CONTRA DE LA PERSECUCIÓN A PERIODISTAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Por: Cristóbal Rodríguez Guerra- Desde Ecuador corresponsal HPD.
Miércoles, 11 de septiembre de 2024
En un Ecuador que cada vez más se sumerge en las sombras de la represión y la persecución, hoy nos vemos obligados a alzar nuestra voz en defensa de la libertad de expresión y del derecho fundamental de los periodistas a ejercer su labor sin miedo ni represalias. Desde La Red de Comunicadores Populares de Manabí, Ecuador Por Dentro y La Red Informativa Manabí, expresamos nuestro rechazo categórico a las acciones que buscan silenciar a quienes se atreven a cuestionar el poder.
El periodismo, una de las columnas vertebrales de la democracia, está siendo atacado de manera sistemática por un gobierno que se ha mostrado intolerante ante la crítica y los señalamientos. En este contexto, la reciente denuncia de Andersson Boscán y Mónica Velásquez, periodistas de La Posta, quienes han solicitado asilo en Canadá tras ser víctimas de persecución y amenazas contra su familia, es una muestra clara del deterioro de las garantías para quienes ejercen esta noble profesión. Estas acciones, lejos de ser casos aislados, forman parte de una estrategia más amplia que busca acallar cualquier voz disidente, como bien lo ha señalado la periodista Alondra Santiago al decir: «Se viven días muy oscuros en Ecuador: periodistas amenazados, otros exiliados, perseguidos. No hay garantías mínimas para ejercer la profesión cuando quien está en el poder es intolerante a los cuestionamientos».
No solo denunciamos el silencio forzado de Boscán y Velásquez, sino también de tantos otros que han sido víctimas de este sistema de represión. El gobierno de Daniel Noboa, como antes el de Guillermo Lasso y del traidor Lenin Moreno, ha logrado silenciar y desterrar a quienes han osado alzar la voz. Esto no es una cuestión de afinidades políticas con un periodista u otro, como se ha visto con las diversas ideologías que convergen en esta lucha, sino una cuestión de principios. En palabras de Hernán Reyes: «Más allá de su estilo y de sus errores, de sus cercanías con un sector del poder económico y político, Boscán y Velásquez son periodistas que deben huir del país para salvar sus vidas y las de su familia».
Como ecuatorianos, no podemos permanecer en silencio ante este ataque a los derechos civiles y humanos. Ecuador ha suscrito múltiples acuerdos internacionales, entre ellos los acuerdos de Chapultepec, Bogotá y Caracas, todos enfocados en la protección de la libertad de expresión, compromisos que el Estado ha reivindicado como política de Estado, pero que hoy son manipulados por quienes detentan el poder. No olvidemos que el país es también firmante de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y de la Declaración Universal de Derechos Humanos, todos documentos que consagran el derecho a la libre expresión y al ejercicio periodístico sin censura ni temor a represalias.
“Se viven días muy obscuros en Ecuador: periodistas amenazados, otros exiliados, perseguidos. No hay garantías mínimas para ejercer la profesión cuando quien está en el poder es intolerante a los cuestionamientos. Ojalá que ser valiente no salga tan caro y que ser cobarde no valga la pena”, como lo recordó acertadamente la periodista de TeleSur, Elena Rodríguez Yánez.