EL PERFIL DE LOS ELECTORES
Por Oscar Picardo Joao
opicardo@asu.edu
El Centro de Estudios Ciudadanos (CEC) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) ha realizado varios estudios –no publicados- para profundizar, conocer y comprender el “humor ciudadano” y definir el perfil del votante actual. Más allá de los intereses muy particulares o personales, es posible establecer ciertos rasgos comunes o generales del perfil salvadoreño del elector.
Veamos en este caso una fotografía específica del Departamento de La Libertad.
• Las tres principales preocupaciones seguridad (45.2%), sistemas de recolección de basura (41.3%) y aspectos económicos (30%).
• Los ciudadanos se informan por la televisión (52.7%) y por redes sociales (44.6%)
• Lo que más define su preferencia electoral: Que no tenga pasado político (40.6%), que sea joven (24.4%) y conservador (24.6%)
• Los principales electores de Nuevas Ideas: Mujeres (40 a 55 años) del sector urbano; Nuestro Tiempo: Hombres (18 a 39 años) del sector urbano; FMLN: Hombres (40 a 55 años) del sector urbano; ARENA sexo equiparado (40 a 55 años) del sector urbano; PCN: mujeres (40 a 55 años) del sector urbano; PDC hombres (18 a 39 años) de ambos sectores –equiparado-; Vamos: mujeres (18 a 29 años) del sector urbano; GANA hombres (18 a 29 y a0 a 55 años) sector rural.
Los perfiles de los electores estar constituidos por diversos factores:
Educación, contexto, cultura, tradición familiar, situación socio-económica, experiencia, percepción, clientelismo, entre otros aspectos; y así se define una posición frente a los hechos políticos y electorales.
Antes de definir las candidaturas los partidos políticos deberían diagnosticar el territorio; saber qué piensa la gente, qué esperan y qué necesitan; conocer además como se informan, para establecer una comunicación efectiva; y luego definir las plataformas de la oferta electoral.
Pero lamentablemente no lo hacen; por el contrario, actúan al revés; primero definen las candidaturas, luego hacen campañas a ciegas y por último se dan un baño de realidad; y para rematar critican a las casas encuestadoras por los malos resultados.
Las encuestas son más que gráficos de intenciones de voto.
Son bases de datos estadísticas para estudiar tendencias, perfiles. El “dato”, organizado se transforma en “información”, y ésta interpretada adecuadamente se convierte en “conocimiento” (Dato-Información-Conocimiento).
Las encuestas no adivinan el futuro; es un disparate afirmar que tal o cual partido obtendrá 40, 50 o 70 diputados. Lo único que podemos afirmar en base a los estudios realizados hasta ahora es: Hay una tendencia generalizada y favorable a cierto partido. Punto.
Si esa tendencia es sostenida con limitada variabilidad en el tiempo -3 o 4 encuestas- se puede hacer algo de prospectiva; por ejemplo, definir una situación probable o las variables que están incidiendo de modo significativo en una determinada situación.
Luego, las campañas y sus estrategias de marketing y comunicación pueden alterar la “opinión” y “percepción” ciudadana respecto a un partido o candidato. Las encuestas serias y bien diseñadas no se equivocan, los que utilizan mal la información sí…
Finalmente, no olvidemos que el voto es una decisión más “emocional” que “lógica”; es cambiante, volátil, líquido (Bauman); y que además el ser humano o el ciudadano es “inteligencia sentiente”. No hay elementos fixistas o pétreos.
“Algo”, quizás simbólico o superficial, puede hacer cambiar de opinión; pero también “algo” puede ocasionar una conducta colectiva, de masas que genere un humor social, un estado de ánimo generalizado a favor o en contra de determinado sujeto o partido político.
Estimados candidatos y sus equipos de correligionarios:
Hagan “Ciencia Política”, existe y es un fenómeno científico; utilicen la información y el conocimiento para diseñar soluciones electorales, y buena suerte…